Te amo con amor sincero, pero no alcanza.
Un día u otro hay rumor de tormenta, devastadoras nubes sombrías.
Tibia es la ternura. Pero no alcanza.
Un tejido de lanas y de espumas te abraza. Nada.
Tu dolor es el mío. No alcanza
La mirada celeste, la señal de la
vida.
No basta la sonrisa.
No quiero
Tu dolor. No espero más que tu
alegría.
En el primer instante,
Cuánto te quise, semilla,
Almendra, criatura que venías andando hasta
Encontrarme. ¿Desde dónde crecieron
tus caminos?
¿Desde qué lugar viniste para
amarrar así? ¿Quién te enseñó
A hacer nudos?
De dónde hayas venido tu llanto, tu tibieza y tu apuro
de recién nacido se toparon conmigo.
Te quise sorprendida cuando jugabas
Húmedo dentro de mi universo.
Te quiero hoy, alto y hermoso.
Te pido la alegría, no seas avaro,
Para no morirme de tristeza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario