sábado, 31 de mayo de 2014

Nada hay fuera de ti

Nada hay fuera de ti,
Nada,
Sólo tu voluntad de vivir
Con lo que has traído al nacer,
Nada más que belleza, inteligencia, bondad.
Todo será tuyo
Si así lo quieres,
Trabaja duro, transpira
La danza, Henri Matisse
Que la vida es eso.
Mansa no es,
Serás en una mañana feliz.
Que la vida trae el frío y el calor,
Arenas tibias y mares serenos.
Calmos  días no han de fortalecer
Lo que has traído.
Endurece el ser
Que la vida es eso.
Mares recónditos sacuden los días presentes,
Noches ancestrales arrastran oscuras voces hasta aquí,
Igual hay que sobreponerse,
Salir, cantar, bailar.
Que la vida es esto.
No dejes que la tristeza te pueble. Déjala desierta.
Vete, vete, vete.     
Anda por los caminos, bebe vino,
El amor te espera,
La suerte no está en las loterías, sino en tu mochila.
Camina con pasos cuidadosos,
Al final, la muerte nos espera a todos,
Antes mejor confundirla con lo que puedas.


La crítica literaria. Entrevista a Harold Bloom, publicada en El Tiempo de Colombia

La crítica literaria. Entrevista a Harold Bloom

"El valor literario nunca es establecido por un crítico particular o un grupo de críticos. El valor literario se establece por generaciones de poetas, novelistas y dramaturgos que han tenido que luchar contra la influencia de escritores particulares, una influencia que consideran ineludible. Y haciendo eso, establecen su valor. Realmente no importa lo que dices de ellos". Harold Bloom

domingo, 25 de mayo de 2014

Amores y desvíos


Miro vigilante, no ajena,
La constante marcha del humano,
Veo amores y desvíos.
Qué otra cosa importa más que el amor
Al otro, prójimo,
A sí mismo,
Al dinero,
Al poder.
Fatuo presume el rico su avaricia
Y el culto de títulos recientes, su ignorancia;
La madre con su hijo amado lleva la vida en brazos.
Un auto maneja al macho engreído,
La blonda cabellera, a una barbie anoréxica;
Ostentosa diadema muestra la reina
Y una sonrisa perfecta de amanuense.
Qué otra cosa más poderosa que el amor,
Acaso el miedo y el dolor de perder
Lo amado.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Sigo







Sigo
Por qué no, si todavía los pasos van.
Nebulosas de soles apagados
Resisten el transcurso
De los años.
Así,
Como estrella apagada, 
Sigo.

sábado, 17 de mayo de 2014

Caminito de tierra




Caminito de tierra,
Camino viejo
Han dejado los hombres
De andar tus huellas,
Cicatrices de barro,
Señales del trabajo
De otras épocas.
El campo está vacío,
Es el progreso.
Caminito escondido
Te ocultaban los pinos
Lúgubres del cementerio,
Pero los han talado
Hace ya tiempo.      
Son pocos los jinetes
Y los arados,
Cambian las cosas,
Aunque la senda es igual
Es siempre otra:
Río de polvo y grava,
Arena y sal
Detrás del pueblo
Das la vuelta y te vas.
Algún día buscando
Encontraré mi huella,
Hundiré las pisadas
En la tierra fresca.
Caminito de campo
Te vas y dejas
Un pueblo adormecido,
El verano, la siesta.
Camino solitario,
Cuando te alejas
Te arrepientes y vuelves,
Nunca nos dejas.



viernes, 16 de mayo de 2014

Chini




Una noche de invierno encontraron al marido de Chini en la casa de su amante. La mujer sabía que la vecina lo miraba, espiaba las entradas y salidas, siempre detrás de la cortina, corriendo sigilosamente la tela manoseada, antes blanca. En el barrio se decía que él era un picaflor, que desde joven había tenido las mujeres que había querido tener; ella hacía como que no sabía nada, murmuraban a sus espaldas, pensaba la santa que le tenían rabia, envidia o algo así. No creía que el viejo a esa edad todavía anduviera de farra. Cometarios y chismes eran conocidos y repetidos en la cuadra desde hacía cuarenta años, los ignoraba con un aire de señora o de reina soberbia y distante. La distancia que ponía con las vecinas evitaba que le preguntaran qué te anda pasando por que tenés esa cara, cómo te aguantás a tu marido, qué le decís cuando llega de madrugada.
Hacía unos días que el viejo Catalán andaba raro, con esas miradas esquivas que tan bien conocía ella. Como cuando a los ocho meses de casados encontró cartas de amor de una de sus antiguas novias o cuando después de tener al segundo de sus hijos recibió la visita de una mujer de la ciudad quien dijo que buscaba a su futuro marido. Entonces, el padrino del niño, José Cueta, la cargó en el Ford  de don Braulio y la llevó a la estación para que regresara por donde había venido. Siempre creyó en las palabras o explicaciones que le daba el Catalán. Es un niño, pensaba, los hombres no son más que niños. Y con esa excusa clausuraba todas las sospechas.
La vida en común con todas las labores, los guisos, la huerta, el planchado, los niños, las anginas y resfriados la mantuvieron ocupada durante algunos años. De cuando en cuando, lo veía rejuvenecer, se alistaba como siempre para ir al club o al  bar, pero algunos indicios le decían que su corazón estaba enamorándose otra vez.
Así habían pasado los años de matrimonio, engañándose. Él porque buscaba el amor efímero y caliente de mujeres alegres, de vida libre, ésas que no lo amaban y querían divertirse, recibir sus caricias o su dinero. Ella porque, conociéndolo tanto, le hacía creer que no sabía de sus pasiones, de su vida lujuriosa, de la sed intensa de amar  a alguien nuevo, a una mujer distinta siempre, desconocida.
Una reina sombría, un poco triste, austera, elegante y sencilla. Sacaba del ropero los vestidos claros, las blusas con volados diminutos y puntillas, unas pocas faldas oscuras, los sacos de corte impecable y los tapados pespunteados, sobrio atuendo que ventilaba y seguía usando año tras año, tanto que las fotos de cumpleaños y bodas familiares donde estaba Chini se parecían todas, excepto por los peinados a la moda y las arrugas de su cara o de sus manos. El corazón sí había cambiado mucho, aguijoneado por la amargura, sacudido por la traición tantas veces. Nadie sabía más que ella cuánto había sufrido en su matrimonio, aunque su marido no lo notara. Ellos eran felices a pesar de la incomodidad de las mentiras y del silencio. Se los podía ver en las fotografías del brazo, tomados de la mano, con un abrazo apenas forzado y sonrisas fabricadas. Recordaba que para el cumpleaños de Inesita había tenido que fingir, maquillarse varias veces hasta que se  borraron las señales de las lágrimas y para el bautismo de Julián, el quinto de sus hijos y el último, preparó el bolso para ir a vivir otra vez con sus padres y la convencieron de que no lo hiciera y la encerraron en el baño hasta que dejó de llorar y de gritar ésta no es la vida que yo quiero.

Nada alteraba su vida ahora, los niños habían crecido y al tiempo llegaron los nietos; había cocinado infinita cantidad de caldos y carnes, gallinas en pucheros, pasteles y confituras. Seguía cocinando para los pequeños nietos que iban de visita o se quedaban a acompañarlos los fines de semana o durante las vacaciones.
Fue la noche en que le avisaron que el Catalán estaba muerto en la cama de la vecina, cuando cayó el telón y finalizó la comedia que había estado representando. La conmoción y la rabia la dominaron. Les dijo a sus hijos que  no habría velatorio, llevaron al muerto a la funeraria sin prisa, sin flores y sin llanto. No recibió las condolencias de nadie, porque no quiso. Cruzó  la calle y tocó la puerta de la casa de la mujer que había sido la otra durante cuarenta años, la amante, la puta y, ante el temor y el desconsuelo de la enemiga, le devolvió las cartas que había encontrado a los pocos meses de casada. Al final recibió la última estocada, para su sorpresa ella sí lloraba con afecto por el difunto.

sábado, 10 de mayo de 2014

La espera


No es la pobreza lo que lamenta
El padre
Sino que el pan
Se le escape de las manos
Antes de llegar a la mesa.
(Pan que no tiene
Memoria del hambre ni de hambrientos).
No de enfermedades y de quirófanos
Se lamenta el moribundo
Sino del tiempo no vivido,
Del vacío,
Del transcurrir en vano.
Llora el abandonado, por su amante y por
Sus manos  llenas de caricias
Guardadas en los bolsillos dentro del saco,
Sin tener a quién dárselas.
Cada uno sufre por lo suyo, dicen.
Amor negado, creo.
No es que el amor sea esquivo,
Sino que equivoca el camino
Y desencuentra al
Otro que lo espera.
Lamenta el solo su sombría soledad,
Su espera ingenua.  
Lo agrisan
El desaliento y la nostalgia de lo que pudo ser.
Lamenta
El pobre su magro salario.
El enfermo, saber que es finito.

Estómagos
Y latidos de corazones que resisten
Se amuchan en repiques amargos,
El hambre, el amor sin amor,
Mirá vos,
La vida desahuciada,
Tanto error cometido,
Tantos senderos bifurcados.

La protesta empieza en el estómago
De algunos niños olvidados
Por los injustos, los poderosos,
Los mezquinos
Y se agita reclamando.
Exige
Que el hambre deje de dar tormento,
Que la alegría deje de ser una máscara
Para el que sólo espera unas migajas,
Para el amante,
Para el doliente en espera.
Esperan 
El amor, sólo eso,qué más.





martes, 6 de mayo de 2014

Dolor lorquiano




Me duele tu dolor como una espina,
Lanza clavada en el costado
De la flor
Que se marchita.
Torre gemela derribada.
Me atormenta un dolor lorquiano,
Ay…               
Castiga el toro embravecido
Que pasta en corazones generosos,
Borrachos de amor,
Perdidos en cárceles amargas.
Ay…
Duele me
Tanto que Federico sonríe
Y Miguel
Se sonroja.
No es nada, dicen.

viernes, 2 de mayo de 2014

Nos están matando

Nos están matando.


Desde el CeProNat recordamos....
de que SIGUEN VIGENTES RESOLUCIONES MINISTERIALES QUE PROHÍBEN FUMIGACIONES CON AGROTÓXICOS

El Centro de Protección a la Naturaleza, integrante de la Multisectorial Paren de Fumigarnos, recuerda la vigencia de la normativa vigente con referencia a la aplicación de agrotóxicos.

Además de la Ley Provincial de Fitosanitarios N° 11.273 -cuya reforma reclama la ciudadanía-, desde la creación del Comité Mixto Interministerial de Salud Ambiental (Decreto 085/10), se han dictado las Resoluciones N° 114/11 y N° 269/13.

La Resolución MTySS N° 114/11 prohíbe la utilización de las banquinas de rutas provinciales para usos agrícolas, facultando a la Dirección de Vialidad a destruir los cultivos que se detectaren en esos sitios vedados, que comprenden el espacio entre la carpeta asfáltica y el alambrado adyacente. La Resolución N° 269/13 prohíbe el uso de agroquímicos en áreas urbanas públicas y privadas para el control de la vegetación.

Dado que no ha habido modificaciones a las mismas, se recuerda que las mismas se encuentran vigentes, pudiendo los particulares afectados por el incumplimiento de las mismas, realizar la correspondiente denuncia ante la autoridad comunal y policial.

Comisión Directiva. 30/05/2014

Nota: 
Las resoluciones se encuentran en http://www.santafe.gov.ar/index.php/web/content/download/143070/703370/file/Normativas%20de%20promoción%20de%20la%20salud%20y%20seguridad%20laboral%20en%20la%20provincia%20de%20santa%20fe.pdf y enhttp://www.santafe.gov.ar/index.php/web/content/download/169442/821674/file/Resolucion%20Nº%20269.pdf

jueves, 1 de mayo de 2014

Femicidio en Honduras


Honduras: mujeres marchan contra femicidios en el país

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Cerca de un centenar de mujeres protestó este lunes en Honduras, cargando ataúdes de cartón, contra los femicidios que permanecen impunes pese a haberse incluido el delito en el Código Penal hace un año.
(...)El artículo 11-A del Código Penal hondureño establece que “incurre en el delito de femicidio, el o los hombres que den muerte a una mujer por razones de género, con odio y desprecio por su condición de mujer y se castigará con una pena de treinta a cuarenta años de reclusión”. (...)http://www.nodal.am/2014/04/honduras-mujeres-marchan-contra-femicidios-en-el-pais/

50 mujeres
Cuántas más deben morir, cuántos crímenes más, la ley de femicidio se sancionó en Honduras, sin embargo fueron  50 las mujeres asesinadas desde que entró en vigencia hace un año. Cuánto más debe suceder para que esta trágica realidad cambie. Qué trama oscura se entreteje para que ninguno de los responsables esté en la cárcel. Si no se habla, si el silencio nos consume, termina corroyendo, carcomiendo, se pudre lo que toca ese dolor atroz.
 Tanta aflicción antigua, tantos siglos han transcurrido desde que las mujeres son violadas, golpeadas, maltratadas, son crímenes invisibles, ahogados en las casas que cierran sus puertas para acallar las palabras; por eso, por la costumbre y el silencio están naturalizados. 
Las mujeres han sido y son víctimas consuetudinarias, por ellas y por otras caminan, gritan donde quieren oírlas, se levantan las que pueden y salen a pelear por sus  derechos  y los de todas, sin embargo no quieren cambiar aquellos que tienen el poder y la oportunidad de hacerlo. No se puede terminar con este horror. ¿Son monstruos?. No, si están entre nosotros, son simpáticos, amables, pero no quieren que  cese el sufrimiento. No quieren, no, excepto las mujeres mismas y algunos hombres honrados.