jueves, 13 de marzo de 2014

Espera el instante inicial para nacer el verbo

Espera el  instante inicial para  nacer el verbo. 
Crece la urgencia por ser.
Susurro palabras   
menudas,  incompletas,
 minúsculas,  interruptas,
ahuecadas, menguadas, desdeñadas,
minusválidas, arrinconadas
con miedo. Otros, en cambio,
lanzan palabras
como piedras, como puñales 
agraviantes, rencorosas, viles,
envilecidas por la mierda del mundo.
Explotan las palabras
desfiguradas, monstruosas de los criminales confesos.
Suenan  palabras
modestas  de los que piden perdón,
 vacías de los que los que bla bla bla,
que no son escuchadas
por zonzas.
Mi voz  espera  pronunciar palabras
(entrañables, genuinas, intachables)
amorosas.             

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