Miro la fruta que madura, las flores marchitas, los botones
Que revientan y caen abortados.
Lo que es, es.
Sólo yo conozco el frío que trama oscuridades en el jardín
y
Enreda madejas del estío. Todo lo que sangró se licua.
Sangre tibia que transita por estanques de locura.
Algunos rayos de sol apenas se animan. Igual
Dejo abierta la puerta. Pueden entrar
La vida, la risa
Que ha estado jugando a las escondidas.
Atrás queda el dolor espiando debajo de los álamos,
Abro todas las puertas.
No es tarde.
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