viernes, 7 de febrero de 2014

La queja de tu vientre



A Griselda

Hermana de soledades y secretos,
De misterios, de siestas cómplices
Con las manos manchadas por las granadas,
De juegos en la esquina,
Saliste a caminar y te perdiste.
Tu dolor me pertenece,
Es el dolor de todas las mujeres
Que son madres,
Que no fueron madres,
Que parieron,
Que desearon parir una
Y mil veces.
La cuna te negó
El abrazo
Y el llanto te anegó.
Sobrevoló la muerte,
No poder ser madre es morir
Un poco.
La queja de tu vientre
Se oyó desde
La luna
Desde la última estrella
Desde la vereda de enfrente
Por las calles solitarias
Por las rutas atascadas
Durante las procesiones
En los tribunales
En los quirófanos
En los prostíbulos.
Cuánto dolor, hermana,
Para una sola vida
Tan corta.





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