martes, 4 de febrero de 2014

De la poesía



Primero, la palabra.
Luego, la ansiedad persistente de crear el poema.
Escribir sin riesgos, sin prisa.
Enarbolar los grandes temas. Fatuidad adolescente.
Más tarde, el amor.
La denodada búsqueda,
El encuentro feliz.
Desolación.
 La paloma y el halcón.
El águila y la presa.
Después, fue el león y la gacela.
¿Quién era quién?


Tal vez, sólo tal vez,
De cuando en cuando, de vez en vez,
Alguien fue todo eso.
O quizá, no.



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