No te asustes
Vivo enredada en
invisibles
Madejas que tiran y
retuercen
Las horas y los días.
Que no se nota, dices,
Ves sólo
Las máscaras.
La soledad y el frío
apuran
Las copas
Que están vacías o
rotas,
El vino se derramó
Y quemó las entrañas.
El corazón, a salvo,
Gime aún,
Sigue latiendo
Por inexplicables
Razones que no puedo
descifrar.
.
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