domingo, 5 de enero de 2014

El hijo

Poema del niño

Eras alegre y no sabías
que tu risa era todo
cuanto teníamos.
Que tu pequeño ser era 
columna y  fortaleza.
                           
No me quites
la alegría de tu risa,
el gesto inefable y pícaro.
Tu rostro angelical desaparece,
cuando el enojo nubla tu mirada.

No me quites el remolino
y la ola de tu risa.
Ríe. Ríete de todo.
Cuando te ríes, yo sigo soñando,
yo sigo creyendo  que todavía puedo.



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