viernes, 3 de enero de 2014

La mujer del peluquero


“La verdad es una, los hombres de conocimiento la explican de diversas formas”
 Ekam Sat Vipra Bahudha Vadanti (Rig Veda – Texto Sagrado)



 Un hombre que vive en la India llamado Pramod mató a su hijo de cuatro años porque, según dijo, se lo habría ordenado la diosa Kali. Hasta allí la noticia escalofriante. No más de diez o doce líneas en un periódico. (Actualmente alguna rama del hinduismo admite sacrificios religiosos de animales como ofrendas a las diosas: una la benévola;  otra,  la diosa feroz. Hasta allí la información que leemos en la red. Hay cientos de páginas que describen ritos, narran leyendas, mitologías, exponen la filosofía y la religión de millones personas que no comprendemos.)
  Una madre llora. Kali, diosa destructora en el panteón hindú (dios es Eso,  lo Absoluto), lo ordenó. Poderosas energías manejan a hombres desvalidos e indefensos que aspiran a ser Uno con el Todo, con lo Absoluto. Son energías que se experimentan, pero que no se ven. Lo más importante es lo que se hace, dicen los libros sagrados, aún más que lo que se cree. Por eso, un hombre mató a su niño pequeño, muy pequeño, para obtener el perdón y el favor divinos. Podría haberse inmolado, también lo pidió la diosa en una revelación (Él o su hijo. La diosa exigía el sacrificio.); sin embargo, no tuvo el coraje de entristecer a su familia. Dice el periódico.
  Una mujer llora sin descanso. Sabe que para liberarse del ciclo de reencarnaciones deben venerar a los dioses, si aspiran a igualar a Shiva. Dicen los textos sagrados.
  Una mujer llora sin consuelo. Dice el periódico, también, que el hombre, un peluquero, habría practicado la magia negra  por orden de un tantrik. Dijo la mujer que tenía deudas y que, a través de ese acto, pensaba recuperar una propiedad. Por el sacrificio le habría asegurado el gurú sería perdonado.

  Llora la mujer por el niño de cuatro años muerto, degollado por su padre. No pudo intervenir para salvarlo. Nada sabe ella de  revelaciones. Le duelen las tripas.

  Dice también el periódico que el detenido podría haber mentido y que, en un acto de venganza, habría asesinado al inocente porque  era  hijo de otro hombre. Llora la mujer adúltera.

2 comentarios:

  1. Tremendo, hermoso y con un aroma a Borges que me gusta mucho !!!

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    1. Hola, Vir, lo escribí hace un tiempo, y yo también lo encuentro borgeano, ja, si se me permite el adjetivo; te cuento que la estructura de la noticia era ésta, por eso me gustó, porque no respondía al modelo clásico y me pareció un acierto literario ir dando cada vez más información y más próxima a la realidad. A pesar de la tragedia. Mi intento es sacar el foco de lo morboso y darle la palabra a las mujeres, como en este caso, o escuchar otras voces para visibilizar a las víctimas. Ojalá lo logre.

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