A mi madre
Nada fue igual desde tu ausencia,
Nada. Ni el aroma de
las rosas,
El sol que entra por la
ventana en los otoños,
No respiré igual,
no han bailado los enamorados,
No cantó más el ave solo en la rama.
Nada tiene el sabor de
los panes que tostabas,
Ni los dulces que
paciente cocinabas.
Tu mirada está en la
cerradura,
Que permanece desolada,
La casa tiene algo de
todo lo que hemos vivido
En las paredes, estás allí,
En la alfombra vieja,
en el jarrón que se rompió
Después de tener tanto
vacío.
Aún no te has ido,
quedó el amor
Incondicional de madre,
no te irás jamás
De esta vida mía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario