Por fin, la plenitud.
De tanto y tanto buscar:
El hallazgo, la paz, el sosiego.
La tristeza es pasado
Pisado,
Repasado,
Expulsado.
Sale al encuentro el poema,
Ríe, otra vez como antes,
Cuando lo vi nacer.
Renace del dolor,
Del desgarro y la verdad.
Ya no tiembla de miedo.
No busca lo genial.
Sabe que sólo puede existir
Si se atreve a ser,
Si dice la verdad.
Muere si pregona lo fútil,
Si entona melodías absurdas,
Muere de hastío, de asco.
La vida del poema es incierta pero puja.
Quiere nacer.
Voy a parirlo sin temores.
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