sábado, 7 de junio de 2014

Silencio

Se acallan los ruidos,   
Son voces de penas disminuidas
Por el olvido (que no es otra cosa  que desear olvidar).
Cae  la dicha en alguna parte
Pero es esquiva siempre, indiferente;
Acepto la aridez con la resignación
De un desierto, con la misma rabia
De la tierra que espera la lluvia,
Las semillas de trigo, el pan,
Con la tristeza de los desolados,
De los despojados, de los perseguidos,
De los pobres que no tienen un lugar por la mezquina
Máquina de los poderosos.
Oscurecen los cielos, de nuevo saldrá el sol,
Nada curará  las heridas. Cicatrices feroces.
Otro día, alguien deslizará rayos de verbos incoherentes,
Una conjugación errática que hiere;
Nadie corregirá las palabras intoxicadas,
Que por eso mismo duelen más.
Con el tiempo se achica el dolor, se apoca hasta ser imperceptible
Aunque no cesa.

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