Ocho
EL
PAÍS DE LA TIERRA NEGRA
Anotaciones
para cuarto año. Prueba escrita. Tema incluido. Avisarles la fecha.
Anotar en el cuaderno de Evaluaciones y trabajos prácticos, pedir
el cuaderno mañana sin falta. No olvidarme de hablar con el señor
Director del alumno Martínez, Luis.
Los
hombres, en todos los tiempos, han querido develar los misterios de
la naturaleza, conocer la esencia de las cosas, muy bien, han
invertido vida y esfuerzo en observar, reflexionar y aplicar sus
ideas.
La
curiosidad humana es ilimitada. He aquí el progreso, el motor del
progreso. Pensemos entonces en una época lejana, dos mil quinientos
años o más, nos situamos en el Antiguo Egipto, tierra maravillosa,
no para hablar de faraones o pirámides. Allí nació la alquimia, sí
señores, una disciplina menospreciada, considerada por algunos
erróneamente que está a mitad de camino entre la ciencia y la
fantasía. Sin embargo, muchos de los descubrimientos que ha estado
haciendo la ciencia y que siguen haciendo se han originado en la
alquimia.
No
es cosa de magos, no señores, es ciencia, con el agregado de una
cuota de misticismo y espiritualidad, eso sí. Muy bien, los hombres
y mujeres que se han dedicado a esto y yo personalmente -lo confieso-
buscamos conocer la vida más allá de lo visible, no nos conforman
los dogmas religiosos que han frenado siempre el desarrollo de la
ciencia y del conocimiento humano, no hay límites, señores, para la
sabiduría.
Continúo,
la palabra alquimia probablemente derive de Chem o Kemia país
de la tierra negra
como se conocía a Egipto en los tiempos remotos. Otros dicen que
proviene del árabe al-khimiya
que significa química; para algunos el origen es hebreo, chemesch,
que quiere decir “sol”.
Muy
bien, los saberes de los hombres de la Tierra Negra eran seguramente
herencia de la Mesopotamia. Allí, en ese territorio, cuna de la
Epopeya de Gilgamesh,
el héroe que buscaba la inmortalidad, y de los jardines colgantes de
Babilonia, una de las maravillas del mundo antiguo,
las mujeres fabricaron sus cosméticos con pigmentos minerales, ergo,
fueron las mujeres quienes inspiraron a los hombres, los que luego
serían los llamados alquimistas. Ellos serían menospreciados por
desempeñar tareas femeninas ajenas a la rudeza del trabajo rural o
de la guerra, encerrados en laboratorios entre alambiques, retortas,
tubos y fuegos. Maravilloso, maravilloso…
Bien,
los alquimistas se dedicaron a investigar los elementos de la
naturaleza, sus estructuras, el comportamiento de algunos metales,
pero deseaban lo que hasta hoy es imposible, cómo decirlo de manera
sencilla, deseaban crear, transformar lo conocido y defectuoso, tal
vez poco valioso, en algo codiciado por todos: el oro.
En
tiempos en que el oro era moneda requerida por reyes y papas,
quisieron crearlo. No era avaricia, tal vez haya sido soberbia querer
transformar plomo en oro, pero no les bastó esa quimera, fueron más
allá, desearon crear vida.
Sólo
la literatura lo ha logrado, crear un hombre en un laboratorio, el
homúnculo, u obtener la fórmula
para conseguir
la vida eterna. Sí, es demasiado, es demasiado… Muy bien, en ese
camino descubrieron elementos y procesos desconocidos que aún hoy
usamos.
Estudiar
la historia de la alquimia, nos permite transitar un sendero sinuoso,
o más bien muchos, entre la antigüedad y la Edad Media. Haciendo
ese recorrido veremos el nacimiento de la química moderna. Aquellos
hombres, los alquimistas, dieron los primeros pasos en la ciencia
química.
Dirán
ah, son químicos antiguos, no no no. Ellos deseaban trascender,
trabajaron para obtener vida, vida en el laboratorio y hasta alcanzar
la inmortalidad. ¿No es fascinante?
Anotar
en las carpetas: Baño de María, piedra filosofal, Elixir de la Vida
(con mayúsculas) y serendipia. Traer anotados los significados para
la próxima clase. Y repasar el capitulo UNO completo, porque haremos
preguntas antes de la prueba escrita.
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