jueves, 3 de julio de 2014

Seguimos andando

Una telaraña separa la alegría del dolor más intenso,
Un soplo, una pisada en la arena,
Una caricia suave, el trino del ave en fuga.
Así de modo imperceptible, un día,
Un minuto sigue a  otro que ha sido fatal,
Envenenado, desquiciado,
Vuelve el alma al cuerpo, corre vital la savia,
Se regeneran las células,
Se añade vida nueva a la cuenta,
Otra mano como en el juego de naipes,
Otra vuelta de ron o de vino,
Con amigos, con amores, con uno mismo,
Liberando el fuego que abrasa,
Desperezando el deseo dormido,
Nos levantamos
Y seguimos andando.





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