Miro vigilante, no
ajena,
La constante marcha del
humano,
Qué otra cosa importa
más que el amor
Al otro, prójimo,
A sí mismo,
Al dinero,
Al poder.
Fatuo presume el rico su avaricia
Y el culto de títulos
recientes, su ignorancia;
La madre con su hijo
amado lleva la vida en brazos.
Un auto maneja al macho
engreído,
La blonda cabellera, a
una barbie anoréxica;
Ostentosa diadema
muestra la reina
Y una sonrisa perfecta
de amanuense.
Qué otra cosa más
poderosa que el amor,
Acaso el miedo y el
dolor de perder
Lo amado.
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