No es la pobreza lo que
lamenta
El padre
Sino que el pan
Se le escape de las manos
Antes de llegar a la
mesa.
(Pan que no tiene
Memoria del hambre ni
de hambrientos).
No de enfermedades y de
quirófanos
Se lamenta el moribundo
Sino del tiempo no
vivido,
Del vacío,
Del transcurrir en
vano.
Llora el abandonado,
por su amante y por
Sus manos llenas de caricias
Guardadas en los
bolsillos dentro del saco,
Sin tener a quién dárselas.
Cada uno sufre por lo
suyo, dicen.
Amor negado, creo.
No es que el amor sea
esquivo,
Sino que equivoca el
camino
Y desencuentra al
Otro que lo espera.
Lamenta el solo su sombría soledad,
Su espera ingenua.
Lo agrisan
El desaliento y la nostalgia de lo que pudo ser.
Lamenta
El pobre su magro
salario.
El enfermo, saber que
es finito.
Estómagos
Y latidos de corazones que resisten
Se amuchan en repiques amargos,
El hambre, el amor sin amor,
Mirá vos,
Mirá vos,
La vida desahuciada,
Tanto error cometido,
Tantos senderos
bifurcados.
La protesta empieza en
el estómago
De algunos niños
olvidados
Por los injustos, los
poderosos,
Los mezquinos
Y se agita reclamando.
Exige
Que el hambre deje de
dar tormento,
Que la alegría deje de ser una
máscara
Para el que sólo espera
unas migajas,
Para el amante,
Para el doliente en espera.
Esperan
Esperan
El amor, sólo eso,qué más.
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