sábado, 10 de mayo de 2014

La espera


No es la pobreza lo que lamenta
El padre
Sino que el pan
Se le escape de las manos
Antes de llegar a la mesa.
(Pan que no tiene
Memoria del hambre ni de hambrientos).
No de enfermedades y de quirófanos
Se lamenta el moribundo
Sino del tiempo no vivido,
Del vacío,
Del transcurrir en vano.
Llora el abandonado, por su amante y por
Sus manos  llenas de caricias
Guardadas en los bolsillos dentro del saco,
Sin tener a quién dárselas.
Cada uno sufre por lo suyo, dicen.
Amor negado, creo.
No es que el amor sea esquivo,
Sino que equivoca el camino
Y desencuentra al
Otro que lo espera.
Lamenta el solo su sombría soledad,
Su espera ingenua.  
Lo agrisan
El desaliento y la nostalgia de lo que pudo ser.
Lamenta
El pobre su magro salario.
El enfermo, saber que es finito.

Estómagos
Y latidos de corazones que resisten
Se amuchan en repiques amargos,
El hambre, el amor sin amor,
Mirá vos,
La vida desahuciada,
Tanto error cometido,
Tantos senderos bifurcados.

La protesta empieza en el estómago
De algunos niños olvidados
Por los injustos, los poderosos,
Los mezquinos
Y se agita reclamando.
Exige
Que el hambre deje de dar tormento,
Que la alegría deje de ser una máscara
Para el que sólo espera unas migajas,
Para el amante,
Para el doliente en espera.
Esperan 
El amor, sólo eso,qué más.





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