Diecisiete
LA
GUERRA
Hughes
de Baux, había nacido en la región de Burdeos a principios del
siglo XX, dentro de una familia de dudosa aristocracia. Los de Baux
eran dueños de un châteaux,
que producía vinos de mesa y otros para exportación, aunque la
familia escapó del trabajo rural y prefirió establecerse en París
para disfrutar de la vida. Durante la Belle
Époque,
gastaron más de la cuenta, sin embargo mantuvieron sus propiedades,
la bodega y los viñedos en la provincia.
La
infancia de Hugues estuvo atravesada por la Gran Guerra, entre 1914
y 1918. En 1930 había viajado a la Argentina por negocios y decidió
quedarse, vivía entre Buenos Aires y París, aunque después de su
casamiento con Marì no había vuelto a su tierra. El nuevo conflicto
bélico cambió su historia y la de todos. Regresó para asistir a
sus padres, según dijo, que estaban sufriendo las consecuencias de
la ocupación alemana.
-El
deber me llama, le dijo a Marì.
Y
se despidieron sin tristeza, llevaban poco más de un año de
casados. Marì tenía a Marianne, él seguía siendo un devoto
enamorado, aunque ella seguía gélida.
Además
de dedicarse a Marianne como una buena madre, asistía a clases. En
la Universidad de Buenos Aires muchas mujeres se dedicaban a la
medicina, algunas a la obstetricia y otras a enfermería o farmacia.
Eran carreras en las que se desempeñaban sin padecer los prejuicios
sociales del patriarcado. Hugues le había permitido hacer lo que más
le gustaba, estudiar farmacia y tener un laboratorio.
Cuando
él regresó a París, tuvo el presentimiento de que no lo volvería
a ver. Aceptaba que la guerra era motivo suficiente para que se
ocupara de la familia y de sus negocios. Le dijo que si él quería
ella también iría a Francia con la niña, más tarde, cuando todo
terminara, porque un día esto va a terminar, querido.
Hugues
era un hombre comprensivo y generoso. Nunca le preguntó por el padre
de su hija, no le hizo reproches. Esperó a que ella lo aceptara por
cariño y durmieron juntos después de tres meses de casados.
Marì
se había prometido quererlo, para eso debía olvidar a Obdulio.
Después de todo, si no hay dos, no hay amor. Un amor partido al
medio no es amor y nadie es feliz, decía ella por aquellos días.
No
tuvieron noticias de Hugues de Baux hasta que le llegó a su casa una
citación de la Embajada de Francia. Ella debía comparecer a
declarar por las actividades subversivas del francés.
En
el tiempo de la ocupación alemana, muchos lucharon en la
clandestinidad. Charles de Gaulle era el líder de la Resistencia y
se había instalado en Londres fundando la Francia Libre, en contra
del gobierno de Vichy. Hugues de Baux estaba en la Resistencia.
Las
relaciones y contactos de sus parientes, los Ricciardi, le
facilitaron las cosas. Ella fue visitada por dos agentes en su casa y
todo terminó bien para Marì, que dijo no saber de qué hablaban. Y
no mentía.
Volvió
a saber de su marido al año siguiente, en 1944. Después de la
liberación de París, Hugues no festejó con el pueblo en las
calles. Lo encontraron junto a otros civiles caídos, había muerto
en una escaramuza en la Plaza de la Concordia.
El
Gobierno Provisional francés le reconoció su desempeño en la
Liberación de París, envió las condolencias y una medalla al
heroísmo. Ella guardaba luto riguroso. Marianne cumpliría tres años
y estaban solas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario