I
Una mujer vestida de fiesta
Una mujer vestida de fiesta
Por empedrada calle.
Tropieza con un hombre
De saco en mano
Y corbata floja.
Ambos
absortos
En las tribulaciones de
los abandonados.
Se
miran.
Se parecen. Por eso
Eligen seguir juntos.
Ella, los zapatos en la mano,
Roto el tacón del
zapato izquierdo, el del corazón;
Él, la corbata desanudada, el pecho abierto.
Caminan,
No saben hacia dónde;
Pero la vida es sabia,
piensa ella
Que cree en el destino.
Justo ahora que ya no
espero nada, se dice él.
Y sonríen cuando la uña
larga del meñique,
Roja, tan pétalo, roza tímidamente
El meñique viril que se
alza.
.
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