viernes, 19 de diciembre de 2014

Mujer escuálida


La mujer escuálida mira de reojo
La calma de la otra, 
No  entiende cómo puede ser feliz,
Celulitis, grasa, estrías exceden su anatomía. 
No envidia 
La serenidad de la otra, no, 
Ella tiene lo que deseaba:
La delgadez,  ropa de moda,
Amigas de viernes y veranos.
Una viaja por olores familiares
A sopas, carnes asadas, guisos y papas fritas.
La otra no come, se mira,
Camina por senderos peligrosos
De hambre, de espejos, de fantasía.
Una es feliz con nada, 
El amor es su alimento.
La escuálida
Ama su imagen,
Se nutre de belleza prefabricada 
Por el afuera,
Por la mirada del otro.
No cocina, no come,
Sonríe para las fotos.
Las calaveras sonríen también en los escaparates.
                         

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