La mujer escuálida mira
de reojo
La calma de la otra,
No entiende cómo puede ser feliz,
No entiende cómo puede ser feliz,
Celulitis, grasa, estrías exceden su anatomía.
No envidia
La serenidad de la otra, no,
Ella tiene lo que deseaba:
La serenidad de la otra, no,
Ella tiene lo que deseaba:
La delgadez, ropa de moda,
Amigas de viernes y
veranos.
Una viaja por olores familiares
A sopas, carnes asadas,
guisos y papas fritas.
La otra no come, se
mira,
Camina por senderos
peligrosos
De hambre, de espejos,
de fantasía.
Una es feliz con nada,
El amor es su alimento.
La escuálida
El amor es su alimento.
La escuálida
Ama su imagen,
Se nutre de belleza
prefabricada
Por el afuera,
Por el afuera,
Por la mirada del otro.
No cocina, no come,
Sonríe para las fotos.
Sonríe para las fotos.
Las calaveras sonríen
también en los escaparates.
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