Lleva en las entrañas los filos de la ambición,
Que vive en un enorme ombligo, en las manos
Cargadas de oro,
En las miradas astutas y afiebradas.
Corta la carne, corrompe.
Hay sombras sobre los esqueletos.
Ríe la muerte cuando gana la batalla.
No sabemos cuándo será el encuentro,
Viene andando
Desde el fondo de la noche más terrible.
Gimen
Solos
Los señalados
Antes de decir adiós.
Sin embargo, el que amó no se va
Por la risa que ha reído sin
avaricia,
No,
Por los actos ínfimos, genuinos,
Son besos, caricias, arrullos, abrazos
Que en algún lugar nos sobreviven.
Son amores puros que lo pueden todo.
Más allá, más acá, te quedarás,
Me quedaré
Para siempre.
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