"La cabeza de Gardenia se vació de a poco. O tal vez en esa parte que alguien destina al corazón o al espíritu se le abrió un agujero por donde se escaparon el deseo y la ternura; la fortaleza se transformó en fragilidad y la alegría, en un arrebato sin sentido.
[...] El amor no siempre resulta dulce, a veces se torna acíbar. Hay un tiempo en la vida de una mujer que con comer bien y dormir en una cama cómoda basta, decía Gardenia, y agregaba:
- El amor es un cuento de merda."
Capítulo 23 "Naranjas amargas"
82/79 Los diarios del alquimista
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